jueves, 30 de julio de 2009

El sueño español


La década de los ochenta fue el inicio del resurgimiento de la economía española, sobre todo se empezó a vivir el aire de libertad que se expresó en el destape de su muestra en el ámbito cultural, en su manera de manejar el “recomienzo de la democracia”, el intento del cambio que se daba con la prohibición a prohibirse. En ese inicio que incluyó la bonanza económica empezó un fenómeno para el que España (siendo realistas) no estaba preparado: la inmigración.

Y es a partir del año 2000 en que esta realidad se hizo evidente con esa inmigración masiva; si bien es cierto ciertos tímidos movimientos se dieron patrocinados por el mismísimo Franco con gente de Marruecos con quienes formo terribles brigadas de guerra, en épocas en que se reclama ahora una recuperación de la memoria histórica.

Pero bueno, volviendo al asunto que ocupa este articulo, fue en los ochentas en que empieza este movimiento con la llegada de gente desde Perú y Republica Dominicana, siendo los noventas el movimiento de una masiva migración de ciudadanos de Ecuador, al tiempo que empezaba a subir movimientos desde Colombia, Venezuela y Argentina.

Vino el descalabro económico en Argentina y aparecieron los descendientes de inmigrantes españoles, al igual que empezó a llegar gente desde Uruguay con el mismo reclamo de ese derecho. Fue a mediados ya del inicio del siglo XXI en que se manifestó otra inmigración masiva, esta vez desde Bolivia y la América Latina ya aportaba gente que llegaba a España en busca de hacer realidad la mejora y el progreso de su vida material que en su sitio de origen no podían ser posible ya sea por las dificultades económicas, corrupción en sus políticas de estado o sencillamente por buscar lo escrito antes: “el sueño español”.

En esos principios la demanda de trabajo fue más fácil para las mujeres. España con una inmensa mayoría de población de tercera edad con necesidad de atención y compañía; la evolución profesional de la mujer que demandó ayuda para los quehaceres domésticos y el cuidado de sus hijos, hicieron posible que esta fuera la principal actividad laboral que se ofrecía, y era (y sigue siendo) muy de ver a los abuelos acompañadas de señoras dominicanas y en los parques niños jugando bajo la vigilancia de niñeras ecuatorianas. Luego con el inicio del “boom del ladrillo” apareció la oportunidad para los hombres, y claro, albañiles de oficio y otros que llegaron para aprender fue la oportunidad que se dio. Así mismo la hostelería se llenó da camareros sirviendo “cañas” en bares de zonas grandes como de barrio; ayudantes de cocina en restaurantes de cocina española. Empezaba la fusión.

Si bien es cierto la inmigración siempre es una movilidad de las clases menos favorecidas, es decir, gente de un nivel socio cultural bajo, una realidad dura pero real, también es cierto que pudimos ver en los andamios, construcciones, bares, reparto de publicidad y hogares españoles a médicos, abogados, artistas y demás profesionales venidos desde Latino América haciendo el trabajo que los españoles “no querían realizar”. Siendo esta una dura prueba para algunos orgullos.

No tardaron en surgir el problema de los “papeles” con la aparición de una nueva clase social: “los sin papeles” y en su momento el gobierno de ese entonces de José María Aznar complicaba muchísimo la consecución de los mismos. Tuvo que ocurrir una tragedia muy grave el año 2001, cuando 12 ecuatorianos que trabajaban “sin papeles” en el campo en Murcia, perdieron la vida arrollados por un tren en el mortal intento de cruzar la vía (donde por cierto el patrón fue declarado inocente en el juicio) http://www.elmundo.es/2001/01/10/sociedad/e000105.html .

Esto desencadenó en la denuncia y protesta por parte de los inmigrantes y diferentes organizaciones sociales que denuncian el hecho ya sabido por todos del grado de explotación al que eran sometidos los trabajadores. Vease: www.oberaxemtas.upcomillas.es/Inmigyracismo/…/apart5.pdf

A partir de ahí se produce la primera regularización de trabajadores inmigrantes, siendo la siguiente y última en el año del 2006 ya por parte del gobierno de José Luis Zapatero.

Estas dos regularizaciones supuso tranquilidad y estabilidad para acceder al trabajo ya de modo que se pueda acceder y ejercer mejores puestos de trabajo, siendo algunas veces complicados el ejercer profesiones de nivel superior por lo complicados y largos tramites de refrendación de títulos, tramite que por necesario algunos lo hicieron en su tiempo justo, pero en todo caso la situación cambió radicalmente para muchos, y el sueño empezaba a ser realidad…

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