miércoles, 8 de julio de 2009

ESTRELLAS Y FANATICOS BAJAN EL TELON DEL REY DEL POP.


Un féretro dorado bañado de rosas rojas con los restos de Michael Jackson recibió el martes los altos honores del espectáculo en el Staples Center de Los Angeles, donde su familia presenció en primera fila un homenaje masivo para dedicar epitafios a una leyenda.

Ante un canto gospel de "Aleluya", el ataúd con Michael Jackson ingresó después de las 10H35 locales (17H35 GMT) a la tarima del Staples Center, presenciada por cientos de millones de fanáticos en los cinco continentes a través de las cadenas de televisión y las redes sociales en internet.

En las primeras filas se encontraban los padres de la superestrellas, Katherine y Joe, junto a los tres hijos del cantante, Prince Michael, de 12 años, Paris, de 11 y Prince Michael II, de 7.

Los hermanos de Michael, uniformados con corbatas amarillas y guantes de lentejuelas blancas y con quienes el artista integró los Jackson Five, el grupo responsable de la banda sonora de los años 70, aplaudieron emocionados las palabras de Berry Gordy, fundador del sello Motown que los descubrió.

Doce días después de la trágica muerte de Jackson, Estados Unidos y el mundo asistían al último adiós al torturado músico que marcó hitos universales en la música en sus 40 años de carrera, interrumpida por un paro cardiaco que le dio muerte el 25 de junio a los 50 años.

Familiares del artista realizaron un velatorio privado en el cementerio de Los Angeles Forest Lawn antes de partir en caravana fúnebre al estadio Staples Center (a unos 20 Km de distancia) para celebrar el legado del Rey del pop.

"Michael fue un gigante y una leyenda en la industria musical. Y lo lloramos con los millones de admiradores alrededor del mundo", dijo un mensaje del líder sudafricano Nelson Mandela leído en la apertura de este homenaje, antes de conocerse un mensaje de su amiga íntima Diana Ross y de que los basquetbolistas Kobe Bryant y Magic Johnson, así como el revendo Al Sharpton y la actriz Brooke Shields, recordaran emocionados al astro muerto.

"I'll be there", tema número 1 en los años 1970, fue la primera canción que interpretó Mariah Carey. Luego Stevie Wonder dedicó al artista su canción "Never dreamed you'd leave in summer", compuesta en 1971, y la oscarizada Jennifer Hudson interpretó el tema de Jackson "Will you be there".

La actriz Elizabeth Taylor, amiga de antaño de Jackson, dijo que no asistiría al homenaje porque no cree "Michael quisiera que comparta mi dolor con otros millones", según dijo en un mensaje en Twitter, mientras que el productor Quincy Jones, artífice de los discos más exitosos de Jackson, "Off the Wall", "Thriller" y "Bad", tampoco asistió por un compromiso en la República Checa.

Unas 17.500 personas que ganaron una lotería para asistir a esta despedida vieron de cerca el tributo cubierto por reporteros del mundo y que provocó el despliegue de unos 3.200 policías en el centro de Los Angeles.

El cementerio Forest Lawn donde se realizó el velatorio privado acoge a muchas de las principales leyendas de Hollywood, pero es un recinto sobrio, que sería el destino final de Jackson.

En un primer momento su familia quiso dar sepultura en su famosa hacienda Neverland (150 km al noroeste de Los Angeles), aunque algunos medios especulan que los familiares finalmente opten por esparcir las cenizas del artista en esa finca de fantasía.

El músico cuya transformación física casi monstruosa quedará grabada en su biografía, opacando sus innovaciones en los videos musicales y su récord histórico de 750 millones de discos vendidos, es sobrevivido por sus dos padres, ocho hermanos y sus tres hijos.

También le sobrevivirán los expedientes de sus escándalos por supuesta pedofilia, así como una eventual batalla judicial por la tutela de sus hijos mayores con su ex esposa Debbie Rowe.

Tampoco quedará fuera de peleas en los tribunales el control de su herencia, que el lunes fue retirada de su madre Katherine, quien había sido designada temporalmente responsable de los bienes de su hijo más famoso, para quedar en manos de dos albaceas previstos en el testamento de 2002 del ícono pop.

Cuando los restos del artista que marcó la generación de los '80 ya tengan un destino seguro, sus admiradores esperan que la policía y la DEA aclaren las circunstancias de su muerte y confirmen el papel de los potentes sedantes hallados en la mansión donde se detuvo el corazón del pop.

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